Schwedinnen auf der Alm

Me pregunto cuánto nos queda el viejo.

Si vamos a Suiza, lo pasaremos bien.

Vacaciones de vacaciones.

Iremos a algún lugar de primera clase, como aristócratas.

Sí.

¿También estás comiendo manzanas y chocolate?

¿Qué más quiere un hombre?

No eres la única.

Hablar de amor y de amor.

Pero al menos las suecas llegaron a su fin.

Y llegaron a su otro propósito.

Vinieron a Zurich, donde, en poco tiempo, iban a tener lo que se convertiría en ellos.

que los haría más felices en el mundo.

Y las sombras están lejos. Al otro lado.

El tesoro escondido por nuestro señor director no durará mucho.

Ahí, y somos ricos.

En cada barril de miel hay una gota de oscuridad.

Es un viejo dicho.

O podrías decir otra cosa.

Nuestras seis suecas que están a punto de ser bañadas en oro,.

Entran en la oficina de un abogado que dice que la felicidad ha llegado.

Llorar no ayuda, señoras. Primero tienes que ficharme.

CONFIDENCIAL. Necesito seis firmas.

Moja mi escritorio. Disculpe.

Esta confianza dice que representaré sus intereses.

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